mussolini_hitler POR QUÉ “PARADERO DESCONOCIDO” – 3ª PARTE (MEMORIAS DE ANDREA D’ODORICO)

En 1915 el norte de Italia estaba totalmente invadido por las tropas alemanas y toda la familia huyó hacia el sur. Había que cruzar el Pó. Se establecieron en Casalecchio di Reno, cerca de Bolognia con las personas de servicio con las que habían viajado. Tres años después en 1918 consiguieron volver  y fue entonces, después de la gran guerra y de vuelta a Udine, cuando mi abuela creó la empresa de transportes. Más tarde, allá por años 50 y 60, mi hermano y yo nos dimos cuenta de que la relación con nuestro padre era muy difícil. Él era muy cariñoso, terriblemente bueno pero de un mutismo absoluto muchas veces, y nosotros éramos muy pequeños para entender todo lo que estaba pasando y que aquello tenía relación con las salidas nocturnas de mi padre que comenté anteriormente.

EJECUCIÓN DE BENITO MUSSOLINI

En 1943 cayó Mussolini y las tropas alemanas entraron en Italia con la excusa de liberarlo. En esos días la policía militar entró en nuestra casa para buscar documentación y armas y sin que supiéramos por qué, se llevaron a mi padre a una cárcel controlada por militares alemanes. Le denunciaron por abrir vagones de mercancías que iban hacia el norte. Alguien le había visto junto a otras personas por la noche en el lugar de los hechos. En realidad los vagones no eran de mercancías, sino de presos políticos y judíos que llevaban a campos de concentración austriacos y alemanes.

Mi padre y los obreros, abrían las correderas de uno o dos vagones (los que podían) y los presos saltaban con el tren en marcha y huían por los campos, refugiándose en los bosques o en pueblos controlados por los partisanos. Nunca supe cuanto tiempo estuvo preso, nuestra madre contó muy poco de lo que había ocurrido, por suerte no se lo llevaron a Alemania pero lo vivido en esos días debió marcarle profundamente; el terror volvía a los ojos de mi padre ante cualquier pregunta que pudiese traerle recuerdos de lo ocurrido. Estuvo mucho tiempo encerrado sin salir de casa, dormía en el estudio situado en la planta baja, y nunca quería ver a nadie; seguramente no podía entender cómo el ser humano había llegado a tanta bestialidad.

FIN DE LA GUERRA. 

Cuando leí el texto de “Paradero desconocido”, muchos de los recuerdos que he narrado volvieron a mí, y sentí que tenía que materializar el proyecto. Pienso que cualquier persona que conozca a fondo aquella época, ha de sentirse atraído por este texto que nos hace reflexionar de nuevo sobre todo lo que aconteció.

Qué más puedo decir…

 

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